Los siguientes días transcurrieron rápidamente y sin muchas novedades, excepto los preparativos de la fiesta de Valery, que justo se llevaría a cabo esa misma tarde. De pie frente al espejo, Isabella examinaba el vestido que Valery había insistido tanto en que usara, diciendo que su madre tambien debía verse hermosa, él vestido era de noche n***o, abierto en la espalda, con un escote moderado y un borde dorado en la parte inferior que se detenía en su tobillo. A primera vista, no veía nada especial en el vestido y de hecho, Isabella se preguntaba porque Valery había sido tan insistente en que lo usara. —Mami, es hora de irnos — dijo emocionada Valery desde afuera de la puerta de su habitación entrando rápidamente en el cuarto de su madre usando un vestido precioso de color rosado, una

