El tintineo de la campanilla sobre Mega-Me resonó cuando Isabella y Anastasia salieron del lugar, con una pequeña caja de pastel en las manos de esta última.
—¿Estás segura de que es perfecto? —preguntó, visiblemente preocupada por el pastel que había elegido para su madre.
Su inquietud la llevó a echar otro vistazo dentro de la caja, y aunque el hermoso pastel rosa de cereza era llamativo y sin duda delicioso, no estaba tan segura de que fuera del gusto de su madre.
Su madre, Bethany, era un poco, no, demasiado exigente cuando se trataba de pasteles.
—Anastasia, el pastel está bien, conozco a Bethany, le va a encantar —dijo con un suspiro, intentando tranquilizarla.
Pero Anastasia no estaba convencida, ella estaba a punto de volver a mirar preocupada dentro de la caja del pastel y p
