Los días despúes al incidente con Stuart resultaron ser más estresantes de lo que Isabella jamás habría imaginado, para empezar, tuvo que hacer varias visitas a la comisaría, presentando denuncias, respondiendo preguntas y sometiéndose a investigaciones, después de eso, tuvo que arreglar las cosas con sus padres, y ¡vaya que no fue nada fácil! —¡Isabella! ¿Cómo puedes decirme que estás bien después de todo lo que pasó? —exclamó Cassandra, su madre, con el ceño fruncido y los ojos llenos de preocupación. —Mamá, de verdad, estoy bien, no estoy herida ni nada —replicó Isabella, intentando sonar tranquila, aunque sabía que sus palabras no serían suficientes. A pesar de todos los intentos de Isabella por tranquilizar a sus padres, en especial a Cassandra, la mujer mayor seguía preocupándose

