Durante algunos segundos, Isabella se perdió en sus pensamientos, en particular en un día que la mujer recordaba como si hubiera sido ayer… Era primavera en Denver, Colorado, aproximadamente un mes después de que Valery hubiera nacido y de que ella había sido dada de alta antes de tiempo, la mujer estaba frente a la isla de la cocina, mirando fijamente el vaso de jugo mezclado con insecticida, intentando encontrar una maldita buena razón para no tomarlo y bebérselo de un trago. La maternidad era un tormento, y Valery, siendo una bebé apenas, no había dudado en expresar su enojo hacia ella por haberla alejado de su padre, o eso creía Isabella, pues su pequeña bebé lloraba en todo momento, incluso cuando Isabella trataba de calmarla con amor, parecía que sin importar todo lo que ella hici

