—Vaya suerte de mierda —gruñó Isabella por lo bajo en cuanto regresó a casa, arrojando las llaves del auto en algún rincón extraño de la sala. Mientras caminaba de un lado a otro, pasándose las manos por el cabello cada treinta segundos, no podía evitar pensar en la suerte que había tenido hoy. Travis parecía casi demasiado seguro del resultado, y aun así, había salido de esta manera, si él no había sido lo suficientemente astuto para ver lo que estaba pasando a pesar de su coeficiente intelectual de 158, entonces ella sí, era obvio que alguien había manipulado el resultado de la prueba. Sin duda. Ahora, algunos candidatos venían a su mente, incluida Katherine, pero tan pronto como aparecían, todos se desvanecían en manchas negras sin pruebas, dejándola con una sensación de temor por

