—Solo porque elegí quedarme callado, no significa que debas tomarme por un tonto, Katherine. —¿Q… qué quieres decir? —balbuceó la castaña mientras las palabras anteriores de Travis habían devuelto algo de su sentido perdido, regresando su actitud a la de una damisela tranquila, sumisa y débil, la misma que Travis conocía de antes—. Jamás te tomaría por un tonto, Travis, yo te amo. —¿Ah, sí? ¿Y se supone que debo creer eso? —preguntó Travis mientras sacaba su teléfono del bolsillo de su chaqueta de cuero. —¿Lo dudas? —cuestionó ella en respuesta. Sin responder inmediatamente, Travis utilizó su teléfono durante unos segundos, un minuto a lo mucho, antes de arrojárselo a su regazo. —Hoy en día, realmente lo dudo. Al mirar el teléfono, Katherine quedó sin palabras al ver el video que es

