—¡Yay, Travis, Valery no es tu hija! —exclamó Katherine, quien no podía ocultar su felicidad, de hecho, ella comenzó a saltar de alegría, abrazando e incluso besando a Travis.
Pero lo mismo no podía decirse de Isabella y Travis, quienes, al escuchar las palabras de Katherine, fruncieron el ceño, visiblemente confundidos.
¿Valery… no era hija de Travis?
Ambos pensaron lo mismo al mismo tiempo, mirándose inconscientemente el uno al otro, pero mientras seguían atrapados en la confusión de sus pensamientos y de la situación en general, Katherine corrió de vuelta a la mesa y agarró los papeles de paternidad.
En segundos, estaba frente a Travis sacándolo de su trance al mostrarle el documento, o más bien, al empujárselo en la cara mientras señalaba con su dedo índice un párrafo en particula
