Treinta minutos antes Isabella acababa de terminar de organizar al primer grupo de invitados cuando Grace bajó sola por las escaleras, ella miró hacia arriba, esperando que la pequeña inquieta bajara corriendo como siempre lo hacía llena de energía, pero no lo hizo. —¿Dónde está Val? —preguntó, al no ver a su hija por ningún lado. —La niña se quedó dormido justo después de su baño —informó Grace mientras bajaba el último tramo de las escaleras y recogía el trapo de limpieza que había dejado antes de subir, dispuesta a retomar sus tareas, al notar la mirada fija de Isabella sobre ella, preguntó—: ¿Debería haberla detenido? ¿Quizás debí mantenerla despierta para que pudiera dormir mejor por la noche? —Eh, no, para nada, es solo que… —hubo una pausa en su frase e Isabella soltó una pequeñ

