El tic-tac de un reloj sobre su mesa de trabajo era la única fuente de concentración para Travis, pues después de su conversación con Bill, había regresado a la empresa, enterrando su nariz en todos los trabajos que se habían acumulado a lo largo de los días debido a su negligencia. Las horas pasaron y pronto perdió la noción del tiempo, hasta que la luz del día que se filtraba a través de las persianas de su ventana se desvaneció rápidamente, entonces, su concentración en el trabajo se vio interrumpida por el sonido de unos suaves pasos acompañados de golpes en su puerta, lo que captó su atención. El hombre levantó la vista del trabajo que tenía entre manos. —Adelante. La puerta se abrió ante su orden y Bill entró, con una carpeta marrón en los brazos que contenía la información que s