Seis meses es el tiempo que llevo en este lugar, ya memoricé los pasillos, retratos, cortinas y adornos, si un día nos invaden las polillas o hay filtraciones de agua en los techos, seré la primera en saberlo. ¡Ah!, soy tan indispensable para esta mansión, que me volveré loca. – Esta viene del marquesado Rossetti, y esta es del marquesado Flemen, la mandaré a la chimenea y diremos que no llegó. Eloísa lleva demasiado tiempo conmigo, sabe exactamente cómo pienso. – Y esta es del vizconde Alban, señora – corre para darle la carta. El sobrino de la marquesa, el vizconde Mauricio Alban, ya me había olvidado de él, su propuesta de matrimonio fue hace cinco o diez años, sé que estoy exagerando, pero tengo la sensación de que ocurrió en una vida pasada. La carta es muy extensa, tres hojas,

