Capitulo 8.

797 Palabras
Capítulo 8. Nuestra primera cita. POV Sámara.   Mi padre y el antiguo alfa (padre de Jay) ¡se fueron! Si. El alfa hace dos días le dio el cargo completo a Jay, por haberme encontrado y no haberle rechazado.   Mi tía también se fue con ellos. Bueno en realidad se fueron: el alfa, su esposa, mi tía y mi padre. Están viajando para arreglar unas cosas pendientes acerca de la manada, yo que se. Pero si se que mi tía ha ido para ayudar a mi padre a encontrar a su nuevo mate. En otros temas, tengo una cita con Jay ahora en la noche, me ha dicho: " paso por ti a las 8:00pm", vive en la casa de al lado!   Bueno me estaba terminando de arreglar, cuando escucho el timbre. Bajo y abro la puerta encontrándome con un muy muy sexy Jay y su sonrisa implacable.   - Hola- me sonríe - Te vez realmente hermosa… ¿Lista pata nuestra primera cita? - Lista, y gracias tu no te vez mal tampoco- le sonrió sincera.   Comenzamos a caminar por el bosque, más bien por la villa, ya que traigo tacones y no sería buena idea caminar por la tierra.. Todo estaba silencioso entre nosotros, hasta que llegamos a una mesa con decoración y comida en unos platos, junto con vino blanco, mi favorito. Jayson corrió la silla para mí y me senté, después de agradecerle. El hizo lo mismo.   - Sámara - volteo a verle su rostro y el me da una cálida sonrisa- no quiero presionarte, quiero que todo esto lo tomes con calma, yo no llevó prisa, se que tengo una vida para conquistarte… Quiero que me digas te quiero, sin ningún compromiso... Yo quiero que te enamores de mi.- oh mi Jay. Su voz sonaba tan suave y a pasiva, Como no quererle.   - No te preocupes Jay- tome su mano que la movía nerviosamente y la apreté - yo ya te quiero y no creo que eso cambie nunca- le sonrió y el desprende un brillo extraño de sus ojos, se lleva mi mano a sus labios y la besa delicadamente. La cena estuvo compuesta por risas y pláticas tribales, hablamos de cómo fue que cambiamos y todo eso, hablamos sobre la manada ya que yo oficialmente soy la luna y el, él alfa.   Llegamos a mi casa y lo invité a pasar, nos dirigimos a mi habitación, el se sentó en mi cama y yo me dispuse a buscar películas, cuando ya estaba por encender la televisión siento unas manos rodear toda mi cintura. - No sabes cuánto he deseado que estés a mi lado, que te acorruques, y te duermas en mi pecho, que me digas buenas noches y ver tu rostro al despertarme. No sabes cuánto lo he deseado Sam. - me quedo sorprendida. Pero es tan dulce no tengo otra opción.   - Entonces- me volteo hasta quedar frente a él, Jay no suelta mi cintura, es más me abraza más- Quédate aquí, esta noche, quédate hasta que llegue mi padre, no me gusta sentirme sola en casa- es verdad. A veces siento miedo de quedarme en una obscura habitación. - ¿Te quedaras?- me sonríe y se acerca a mis labios.   - Toda la vida, Sámara - y junta sus labios con los míos.     Pasamos viendo como unas cinco películas, hasta que Jay ya está dormido, trato de levantarme para ir a ponerme pijama pero al querer separarme de el, se despierta y me ve aterrado.   - Quédate, no me abandones, no me lastimes… Por favor.- sus ojos están medio cerrados y caen lágrimas de ellos..   - Hey, Jay. No me iré, sólo me cambiare en el baño. No me iré a ningún lado y mucho menos te lastimaré.   - Sam.. Lo siento, es que creí que todo había sido un sueño. Creí que era una fantasía. Por favor nunca me dejes. Por favor - me abrazó fuerte y yo le correspondí, el me menciono que se sentía lastimado… Todo había sido por mi. Y yo me sentía mal de solo pensar cuanto debió haber sufrido. - Me iré a poner un pijama ¿si? -- asiente pero no me suelta, siento como si fuera un niño asustado y solo yo pudiera protegerlo. Mi Jay, mi dulce Jay -Tengo que ponerme la pijama, así que si me soltaras. - hace un puchero y me suelta, me acerco a el y le planto un suave beso, para después dirigirme al baño y cambiarme.   Al salir apago el televisor y cierro la puerta, me acuesto al lado de Jay y este al sentir que estoy ahí, me rodea la cintura y me acerca a el, yo de igual manera lo abrazo. - Buenas noches pequeña.- me besa la frente y yo sonrió. - Buenas noches soquete- me acuerdo de siempre llamarlo así cuando me decía pequeña. Me aprieta más y me quedo plenamente dormida en brazos de Jay.          
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR