Santiago
Me escondo detrás de un árbol para fumar en paz. Los idiotas de mis empleados no hacen más que j***r y creer que son el alma de la fiesta, me dan vergüenza ajena.
Lo único que no puedo creer es que este lugar sea el precipicio. ¿Dónde está el agujero en la tierra? Desapareció por completo. El guía me contó acerca de una leyenda y que se yo qué patrañas más, pero no le creí absolutamente nada. Algún truco debe haber.
—¡No me quiero casar! —exclama un joven a unos metros. Arqueo las cejas y miro la escena con interés. Facundo le hace un gesto para que baje la voz y refunfuña algo por lo bajo—. Primo, no tengo tiempo para pensar en eso.
—Bien, bien, supongamos que…
—¡No vamos a suponer nada! —vuelve a interrumpir el otro tipo con tono nervioso—. Definitivamente no me voy a ca
