CAPÍTULO 62

1516 Palabras

Convencer a Becca que se quedara a descansar fue una tarea titánica. Tanto así que decidimos poner a unos de los hombres en la puerta de su habitación. Me remuevo cuando el sol de la mañana se filtra por las cortinas de la habitación y una sonrisa se extiende por mis labios cundo siento los besos húmedos que Eros deja sobre mi vientre y sus manos se posan en mis muslos abriéndome para él. Lo miro aún soñolienta. —Buenos días para mí —susurro cuando su boca cae entre mis piernas y me come con verdadero deleite. Es definitivamente el mejor despertar No pasa mucho tiempo antes de que me vuelva líquida abajo las atenciones de mi marido que es un amante muy atento. Se arrastra por mi cuerpo y me penetra al tiempo que su boca cubre la mía. Sus manos me toman y me lleva consigo hasta tene

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