—Quiero disfrutar a tu lado, todo lo que tú me permitas —es la respuesta corta que me da Juan, pero que significa demasiado.
—¿Todo lo que yo permita? —repito y él asiente.
—Espero que sea mucho y por muchísimo tiempo. Me enamoré de la insoportable pelirroja, que toda la vida ha peleado y defendido a quienes quiere —explica y yo trago saliva un poco ansiosa, pero feliz. Le sonrío ampliamente y muerdo mi labio, para después levantarme de mi silla y acercarme a él, que me mira atento.
Me siento en sus piernas, lo miro fijo a los ojos y empiezo a besarlo sin importarme que quienes estén alrededor nos miren. Jamás se me pasó por la cabeza, que nosotros dos, que nos la pasábamos de pelea en pelea, íbamos a terminar juntos y viviendo cosas que no habíamos planeado.
En este momento, llega
