Me despierto sonriendo por el gran día. Es hora de darle a mi querido hermano un poco de su propia medicina. Will tiene un brazo rodeando mi cintura y se queja cuando lo muevo. Riendo bajito me levanto y miro la hora. Seis y media. Demasiado temprano para los no madrugadores. - Nena... - Will me mira con ojos de cordero. - ¿Si? - ¿Por qué te levantas tan temprano? - Hoy mi hermanito se va de vacaciones. Gime y se tapa la cara con la almohada. - Que conste que yo no tuve nada que ver con esto. Bastante me odia Connor para agregarle algo más. - Quieres dejar de decir eso. No te odia. Si te odiara ya te hubiera pegado una patada en el culo para alejarte de mí. - Ganas no le faltan. Lo ignoro y voy al baño a darme una ducha. - ¿Le das una mirada a Noah? – Grito. - Si. – Lo escucho