Soy consciente de las miradas indiscretas que nos lanzan a Hudson y a mí, mientras tomamos algo a un lado de la celebración de los chicos por una excelente mañana.
El hombre me demostró que después de todo no es un imbécil.
Y es guapo
No vayas por ahí Olivia.
Me aclaro la garganta antes de hablar.
—Me gustaría que le echaras un vistazo a mis diseños. Eres libre de cambiar lo que desees.
Sorbe de su bebida, antes de responder.
—La verdad, es que Simón fue muy amable en enseñármelos esta mañana.
No me sorprende.
—Me parecieron geniales.
—Gracias—murmuro—Después de todo, no eres lo que creía—digo sonriendo.
—Ídem —replica— Ahora, que ya sabes que no soy una mala persona, ¿Me aceptarías un trago?
—¿Acaso no lo estamos compartiendo ahora mismo? —murmuro.
—Vale— ríe—Entonces, cambio
