Capítulo 3

1618 Palabras
Actualidad: Mis dedos acarician la madera rasposa del cofre, con mi mano libre y temblorosa tomo la llave y la inserto en la herradura de ese pequeño objeto que contiene todo mi pasado. Reprimo las ganas de llorar. "Llorar es para débiles" Me mentalizo eso una y otra vez hasta que el intento de llorar ya queda en el olvido. Inhalo profundamente mientras giro la llave hacia la derecha para escuchar el "click" del candado. Abro el cofre y mis dedos se dirigen rápidamente a las fotografías guardadas. Fotosn mias de bebe, de mi infancia, mi adolescencia, con mi familia. Una pequeña familia de madre y padre al igual que las fotos de...Rápidamente tiro las fotos dentro del cofre para cerrarlo con mucha furia. Me tiro sobre la cama para solo limitarme a observar el techo blanco, intento acomodar mis ideas y mantener la mente en blanco. El sonido del timbre se hace presente una vez más. Con suma rapidez me siento sobre la cama y guardo todo, me levanto del suave colchón, tomo el cofre y lo guardo en mi armario. Cierro todo para irme directamente al baño, retoco mi maquillaje sutil y me aplico un poco más de perfume. Hace media hora me bañe al igual que lave mis dientes, reviso que mi cola de cabello este perfecta. Salgo en cuanto los toques en la puerta se hacen presentes. El cuerpo de mi madre se hace presente, le regalo una sonrisa mientras acaricio su mejilla dulcemente. -¿Cómo te sientes mami?. -Estoy mucho mejor hija, solo un poco cansada-comenta con su tono de voz debil y cansado, se sintió mal una vez que terminamos de hablar -Será mejor que cancele... -¡Por supuesto que no!-exclama subiendo un poco su tono de voz. Realizo una mueca de molestia.-No puedes posponer esto siempre. -No estoy posponiendo nada, simplemente me interesa tu salud. Estas enferma necesitas que te cuide. -Estaré bien hija. Ahora ve con el. Señor Black a visitar al señor Miller. -Nada de esto estaría pasando si... -Pero esta pasando Pauline. Hija por favor-comenta mientras sostiene mis manos-Cuándo menos te lo esperes toda esta angustia, tristeza y preocupación terminarán-comenta para acariciar mi rostro-Me duele que hagas esto, yo debería resolver esto... No tu. -Así lo pidió el señor Miller, y yo debo acatar y cumplir sus órdenes. -Hija... -Descansa en lo que yo regreso. Te quiero mucho mamá. -Yo igual hija. Nos despedimos con un beso y salgo de la habitación, suspiro para dirigirme a bajar las escaleras, el sonido de mis tacones avisan de mi presencia. Observo al caballeroso señor Fernando Black. Él se levanta del sofá y se acerca a mi para saludarme en la mejilla. -Buenas tardes señorita Ford, es un gusto verla una vez más. -Buenas tardes señor Black, ya estoy acostumbrada a verlo...no me lo tome a mal. Pero en este mes su presencia es... -¿Interesante?-comenta en un tono de duda al darse cuenta de que no encuentro una forma para describir su presencia. -Rutinaria. -Entiendo. Mis hombres me indicaron que las señoras Miller ya se fueron del hospital, debemos aprovechar para que platique con el señor Miller. -¿Qué sucede con su hijo?-pregunto, mientras salimos de mi casa, el chófer me abre la puerta de la camioneta y me ayuda a entrar. -Digamos que Jhon y su padre no tienen una buena relación-el sonido de la puerta se hace presente al igual que el motor. -Eso quiere decir que espera a que su padre se muera. Imagino que planea tomar la herencia y largarse. -No lo vea de esa manera, simplemente no tiene una buena relación con toda su familia. Estoy seguro que Jhon te contará. -Supongo que es igual que la relación que tenía con mi padre. -Supones bien. Yo no quiero dar detalles sobre eso. -Espero que no le diera detalles sobre mi-comento con desconfianza. -Descuida, nadie sabe sobre esto. Y si te sientes tranquila Jhon esta en Europa. -No soy nadie para juzgar, sus razones tendrá para irse lejos y no visitar a su padre. -¿Eso esta mal? -No, cada familia es diferente-comento para dar por terminada la conversación. Solo me limito a observar sutilmente que esta tecleando en su celular. Su mandíbula se contrae y hace una mueca de disgusto; aunque también noto en sus ojos un poco de preocupación. -Debo admitir que me sorprendió su historia con el señor Miller. -Le he dicho todo señor Black, no soy una persona que niega las cosas, quise ser honesta con usted. A pesar de que nos conocemos por poco tiempo puedo sentir confianza hacía su persona. -¿Creés que podrás ser honesta con Jhon?. Él es un chico.. -¿Chico? Por favor, si me ha dicho que tiene 24 años, yo tengo 26. Él ya es un hombre y espero que sea hombre en muchos aspectos y en toda la extensión de la palabra. Aclaro que no me refiero solo al ámbito s****l. -Se a lo que se refiere. Pero yo he visto crecer a Jhon, lo conozco desde que nació...Fui su padrino y su tutor también. Es como un hijo más para mi. -Señor Black. Hemos llegado al hospital-la voz del chófer se hace presente. -Gracias. ¿Está lista?-me pregunta. -Siempre. ************************************* Fernando Black me da valor para poder entrar a la habitación, asiento y abro la puerta un pequeño pasillo se hace presente en mi campo de visión. Suspiro antes de poder encontrar a Hall Miller sobre la cama. -Buenas tardes-murmuro. -Pauline, pasa hija.-comenta en un tono de voz cansado y débil. Me acerco hasta el hombre que yace en su cama conectado a una máquina y con una mascarilla de oxígeno sobre su boca. Observo una silla y la acomodo cerca de la cama. El hombre intenta sostener mi mano pero soy yo la que le toma la suya. Aclara su garganta rasposa sus labios tiemblan ligeramente. -Me alegra verte-comenta con esa voz demasiado ronca y rasposa.-Le pedí a Fernando que mandará por ti. ¿Él está aquí?. -Si, esta esperando afuera. ¿Quiere que lo haga pasar?. -No, en un rato platicaré con él. Solo quería verte, no me canso de decirte que eres hermosa. Eres la indicada para mi hijo, sabes que te tengo mucha confianza para que seas la administradora del dinero familiar. -Señor Miller yo... -Dime suegro. Estoy seguro que cuándo se casen yo...yo no estaré aquí. -No piense eso. Usted nos verá casarnos. -No, tiene dos semanas que estoy internado en este hospital y mi hijo no ha venido a verme, si te soy sincero me lo merezco por ser mal padre. Aún que eso tu lo debes saber muy bien. -No quisiera remover en el pasado. Así que le pido que no hablemos de eso. -Y que sucedió con tu... -Cómo le he comentado segundos atrás, no quiero hablar de eso. Yo solo vine para saber como estaba y porqué también requería de mi presencia. -Ya te comento Fernando como será su matrimonio. -Si, debo aceptar sus terminos y condiciones, no puedo negarme. Solo debo cumplir con esa obligación, acordamos en eso. -Si es por lo de tu padre. -No me hable de ese hombre. Gracias a él estoy aquí. -Se a lo que te refieres y te pido disculpas. -No hace falta que se disculpe. ¿Hay algo más que deba saber?. -Si, quiero que empieces a ver los detalles de tu boda. Fernando te dara el dinero para la enfermedad de tu madre y para los gastos de la boda. -De acuerdo.¿Algo más que deba saber?. -Quiero decirte que te prefiero mil veces a ti que a la ambiciosa de Daisy. Estoy a punto de decir algo pero la voz de una mujer se hace presente. Me levanto rápidamente pensando que a lo mejor son la esposa y hija del señor Miller; pero recuerdo que Fernando me comentó que ya se habían ido, aparte él sería capaz de decirles algo. La figura de una enfermera se hace presente. -Lo lamento, pero debo administrarle los medicamentos al señor Miller. -Entiendo, espero verlo pronto suegro-comento mientras deposito un beso en su frente. -Gracias hija, se que mi Jhon será muy feliz. -Con permiso-comento para salir de la habitación. Camino por el pasillo y una vez que salgo me encuentro con Fernando quien comienza a dar alguna instrucción a su chófer. -¡Ya estoy lista!-exclamo, el hombre me observa y asiente me acerco a él para irnos.-El señor Miller quiere hablar con usted. -Será en otra ocasión. Pauline tengo un asunto familiar que atender pero puedes venir a visitar al señor Miller cuándo lo requieras, unos de mis hombres estarán aquí para que evites a las mujeres Miller, y desdé luego te llevarán al hospital y a tu casa. También ya he arreglado todo lo referente al dinero-comenta todo mientras nos dirigimos a la salida drl hospital. Cómo es posible que este hombre ya tenga todo preparado en tan poco tiempo. Nos subimos a la camioneta y esta arranca. Parece que tiene varios ojos en todas partes. -Entonces cuándo lo veré de nuevo. -No lo se aún Pauline, dejaré instrucciones precisas con respecto al dinero. -Por cierto, se me olvidaba. ¿Conoceré a mi esposo el día de nuestra boda?. -No, espero que puedan verse pronto. Pero mientras tanto puedo darte esta foto. Saca una foto del rostro de mi futuro esposo, la tomo entre mis manos y me fijo en sus facciones son tan perfectas sus ojos son hermosos. Admito que es un hombre muy atractivo a pesar de que es es menor que yo. Qué nos deparará el futuro, pero no hay que arrepentirse. No ahora.
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