La respiración de Nora no era la adecuada, se sentía mal, tomó las llaves de su auto y salió de su edificio, caminó bajo la lluvia sin importarle mucho y se apresuró a subir a su auto y condujo mientras sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas, se sentía molesta con ella misma, pero aún no quería tomar una decisión apresurada. Las llantas de su auto rechinaban y de un momento a otro frenó con brusquedad, jaló el freno de mano y bajó del auto, la lluvia que caía parecía que estaba igual de molesta que ella y empezaba a caer con más fuerza, llegó hasta la residencia de los Cuervo, era la dirección que le había dado Ian. Tocó el timbre con rapidez y se estremeció al sentir un escalofrío, necesitaba hablar con Hans. La puerta se abrió y fue Frederik quien la recibió, la miró un poco sorpr