Hiro trataba de calmar a su hija, pero todo parecía que solo lo empeoraba más y más, mientras que Nery trataba de entender la situación. —Hiro, ¿Podemos hablar?—preguntó Nasomi. Nery se acercó a Aiko y se arrodilló frente a ella para quedar a su altura.—Aiko, ¿Tienes sueño?, seguramente te cansaste mucho. Aiko respiró hondo y asintió, Nasomi la había llevado de compras, en su mayoría fueron compras aburridas para la pequeña niña*, hasta que Nasomi fue al área de juguetes y le compró dos helados y una caja de chocolates, solo por eso fue divertido y lo soportó, de lo contrario hubiera pedido volver a casa. —Llevaré a Aiko a la cama— dijo Nery y la tomó de la mano. Hiro y Nasomi se quedaron solos, Hiro se sentía frustrado, usualmente él ordenaba algo y lo obedecían sin chistar, pero con