*Nery*. Cada movimiento era perfecto, las manos de Hiro invadiendo mi cuerpo, tocando mi piel, y sus labios, ¡Cielos!, ¿Cómo me había perdido de esto?. Ahora entendía a mis amigas, ahora entendía por que cuando hablaban de sexo* lo hacían tan emocionadas, ahora entendía porque sus rostros se iluminaban. —Eres tan sexi. Yo sonreí y lo miré directo a los ojos. —¿Yo soy sexi?—pregunté un poco dudosa, él era el sexi, tenía un cuerpo duro y perfecto, sus tatuajes eran deslumbrantes, tenía algunas cicatrices, pero tenia miedo de preguntar. —Si. Lancé un gemido cuando él me apretó con fuerza y continúe moviéndome sobre él. —Eres un infeliz. Él me cargó y me recostó en la mesa de centro que había en aquel lugar, sujetó mis piernas y me hizo gozar como nunca. Creo que no hacía falta decirl