Nos encontramos con una deprimente oleada de almas a la orilla del río. El lugar estaba completamente lleno de neblina, sin mencionar el río del cual se podían oír llantos. El ambiente se sentía pesado, deprimente y triste. Al fondo se podían ver varios enormes bultos, que parecían eran grandes montañas sumiergidas en el río. Un anciano flaco de ropajes oscuros se iba acercando por el frente mientras a duras penas remaba, ese es Caronte, intentamos pasar la muchedumbre para acercarnos más a la orilla; pero así como nosotros queríamos, los demás también, formando así un despelote. Muchas de éstas personas, o mejor dicho "almas", cayeron al río para luego formar parte de él. Said casi cae, pero se aferró tanto a mis brazos que logró salvarse de esa. Desde que nos adentramos a este mundo, en