León —¡Mariana! – grito al ver como cae de las escaleras, corro hasta ella, está sangrando, mi abuelo se acerca y Paz nos mira con preocupación — Mariana, háblame – le hablo, pero ella no responde, siento un dolor en el pecho, si algo le pasa no sé qué voy hacer — Paz, llama una ambulancia – le digo con ansiedad, ella lo hace, acomodo la cabeza de Mariana en mi regazo, sigue sin despertar — Lo siento, fue un accidente – dice Cecilia, pero no tengo tiempo de discutir con ella, solo quiero que Mariana y nuestro bebé estén bien — Va estar bien hijo – me consuela mi abuelo tratando de calmarme, tengo mucho miedo. Estamos en el hospital, Iñigo ha sido el doctor de la familia desde hace años, se la ha llevado al quirófano, me muero de nervios, si algo les pasa, no lo podré soportar, no de