Eres Increíble

1054 Palabras
Mientras vamos en el auto después de despedir a su familia, la veo observar la ciudad fascinada, sonrió al tenerla aquí conmigo, pero trato de disimularlo, puede que yo este loco por ella, pero para Cirilla solo soy un amigo de su padre. - ¿podríamos ir a un centro comercial? – pregunta volviéndose hacia mi acomodando su chaqueta dejándome ver algo que me hace sonreirá, veo en su pecho descansa la matrioshka que le regale cuando estaba pequeña.  – debo comprar un celular -  Ya había pensado en eso – respondo tomando de un lado la bolsa con su teléfono, ella me sonríe. - ¿Cuánto te debo? – pregunta sacándolo de la bolsa y veo que le gusta. -  Absolutamente nada – respondo y ella me observa con sus hermosos ojos - ¿Qué especialidad vas a elegir? - Medicina forense – responde y veo sus ojos brillar - ¿no te gustan los vivos? – pregunto divertido y ella sonríe - Sí, pero con los muertos aprenderé más – responde encendiendo el celular. -  Tiene mi numero grabado – digo y ella asiente sin observarme – por cierto, lindo collar – la veo tomarlo y sonríe. -   Gracias, lo tengo desde que tengo memoria – sus palabras hacen que mi corazón se acelere – una vez lo perdí y papá no descanso hasta que lo encontró de nuevo. Durante el camino a la mansión hablamos sobre su carrera, ella me cuenta de que adora la medicina y que le costó muchísimo decidirse por una especialidad, aunque durante la residencia va a tener que rotar por distintas áreas, yo solo la escucho hablar hipnotizado y sintiéndome como un puto enfermo. - Cirilla ¿eres consiente a lo que me dedico? – pregunto mientras entramos a la mansión. -   Sí, mi padre me hablo y por eso estoy aquí – dice bajándose del auto sin esperar que le abran. – dijo que este sería el lugar más seguro para mí. - Es bueno saberlo – respondo mientras entramos a la casa – ven, vamos a mi despacho para que hablemos. – frunce el ceño de una forma muy adorable, pero me sigue. Al entrar ella se sienta en una de las sillas frente a mi escritorio mientras yo tomo un sobre para después entregárselo. – en ese sobre hay dinero y tarjetas, puedes comprar lo que quieras. Si no te gusta algo en la casa, puedes cambiarlo por mí no hay problema. -  Mi padre me dio mi propia tarjeta – responde tratando de devolvérmelas -  Mejor para ti – sonrió y ella niega con la cabeza. - ¿algo que deba saber? - ¿hay piscina? – pregunta y yo me sorprendo. -  Hay dos, una en el jardín y otra cubierta – respondo -  Me gusta nadar cuando estoy muy cansada – explica poniéndose de pie para ir al enorme ventanal que hay en mi despacho y tiene vista al jardín – y un salón de ballet - ¿bailas? - Sí, pero no de forma profesional, solo lo hago para relajarme. Amo mi carrera y futuro empleo, pero es muy exigente – comenta mirándome a los ojos - ¿puedes enseñarme mi habitación? Quiero descansar. -  Por supuesto Salimos del despacho rumbo al segundo donde nos encontramos a Fedora con dos de mis hombres saliendo de la habitación de Cirilla. - Qué bueno que estas aquí – le digo a Fedora – Fedora, Cirilla - Un gusto señorita – responde Fedora, es hija de mi antigua ama de llaves Irina, su madre l entreno para que llevara la mansión, ella tiene una relación algo extraña con mi hermano, pero después de que haga bien su trabajo no es problema para mí. – ¿gusta algo especial de cenar? -  No, solo quiero descansar – responde mi niña hermosa sonriendo -  Para mí algo ligero, aunque pregúntale a Oleg – ellos se van mientras Cirilla y yo entramos a su habitación. - Wuoo – dice observando la habitación – es hermosa – camina al interior y yo entro con ella cerrando detrás. La habitación es completamente blanca con toques azules en varias tonalidades, tiene una pequeña sala que esta frente a un enorme ventanal que da al jardín, ella deja su bolso sobre la cama y camina por la habitación sonriendo. Va hasta la única puerta que hay dentro, ella al entrar emite un pequeño grito al entrar al baño.     Cuarto de baño este hecho en mármol blanco con detalles grises, tiene dos lavados en color n***o, la ducha es de vidrio templado y una bañera en la que cabemos perfectamente los dos. Por Dios Aleksei, ella jamás se fijará en ti. Podrías ser su padre. Pienso viéndola caminar hacia el closet digno de ella. -  Cuando quieras podemos ir de compras para que lo llenes – digo y ella me observa rodando los ojos. -  Con lo que traje es más que suficiente, créeme esa ropa jamás me la pondría – comenta entrando al closet. - ¿no te gusta ir de compras? – pregunto sentándome en uno de los sofás que hay dentro del closet. -  Por supuesto – ella se sienta junto a mí – pero cuando comencé mi carrera entendí que eso no tenía sentido tener tanta ropa, paso más tiempo en uniforme y tenis. - ¿Qué te gusta entonces? – pregunto realmente interesado -   Los dulces, amo los dulces – responde sonriente – ellos me dan energía, y los termos de café – la veo levantarse e ir a una de las maletas que ya están en el closet. La veo quitarse la chaqueta y luego abrirla viendo que hay algunos termos de café, como los vasos de Starbucks, aunque viéndolos bien son de la marca, algunos como los vasos de café y otros son vasos con pitillo. – Mirian, el ama de llaves de mi casa todas las mañanas antes de irme me da en uno café y en el otro un batido de distintos sabores cada día. -          Eres increíble – respondo porque me sorprende. – ven, hay que llevárselos a Fedora. Entre los dos los tomamos para luego bajar a la cocina y los ponemos sobre la isla viendo a Fedora sorprendida y divertida. Cirilla le pide que en las mañanas haga lo mismo que en su casa, Fedora le pregunta sobre sus gustos para los batidos y ella responde diciendo todo lo que le gusta. Mientras la observo pienso en que ella es la chispa que encenderá mi vida dándole el sentido que hace mucho tiempo perdió.
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