Cuando desperté sentí un dolor punzante en mi cabeza. Dios, dolía demasiado. Abrí los ojos y la luz del sol me molestó un poco. Tomé mi teléfono que estaba en la mesita de noche y noté que eran las dos de la tarde. ¡Mierda! Las dos. Me levanto de un salto pero me detengo en seco al sentirme mareada y con náuseas. ¿Que pasó anoche? Siento como si estuviera borracha. Por más que lograba recordar no podía. Genial. Me dirijo al baño y me doy una larga y relajante ducha. Había algo extraño en mi cuerpo hoy, me llevé una mano a mi vientre e incluso más abajo de mi vientre. Me dolía un poco. Pero no le puse mente. Cuando salgo del baño me pongo la ropa que traje cuando recién vine aquí. Hoy sería el último día que pase en este maldito lugar. Cuando bajo a la sala noto a Rafael 2 sentando en