Cerré los ojos y me reí de mi estupidez recordando cómo hasta un segundo atrás imaginaba que él venía hacía mí y me abrazaba diciéndome que no me volvería a preocupar. ¿En qué rayos estoy pensando? Y, para ser más precisos, ¿por qué me tendría que importar él… Si apenas lo conozco? Concéntrate estúpida, no querremos confundirnos con sentimientos que no existen. — ¿Qué hace mi roomate despierta a estas altas horas? ¿Acaso estabas pensando en mí? — ¡Mierda, de seguro hable en voz alta! No, no, no. Solo está jodiendo. Lo miré mal— ¿Me extrañaste? — Detestablemente sí. Le miré sin expresión alguna y comencé a caminar paso a paso hasta la entrada, donde él se encontraba; le miré otro segundo más y me eché a reír como si me hubieran contado el mejor chiste del día, su rostro pasaba