Capítulo 5

1236 Palabras
—   ¿Tiene algún problema con esto? — preguntó con un tanto de malicia en su voz el nuevo individuo, fijó sus ojos en ella, su nueva enemiga. Si desde ya no la soportaba, no quería imaginar cómo sería vivir con ella por meses. Ahora se arrepentía de haber obedecido al líder, pero ¿tenía otra opción? él solo era uno más de los miembros de aquel clan; también tenía que admitir la admiración y aprecio que sentía por su líder, que básicamente fue el motivo por el cual acepto esa misión. — Ninguno— él sonrió, pero había algo en su sonrisa que hizo a la muchacha fastidiarse aún más— en ese caso, no habrá problema si yo también pongo algunas reglas ¿verdad? — su amiga le fulminó con la mirada, ella ni se percató de aquello, pues estaba ocupada manteniendo su mirada fría con la de aquel joven, él tampoco le era indiferente, pues el trato era mutuo. Ambos declarándose la guerra a través de la mirada. —   ¿Y cuáles serían sus reglas? — preguntó Krystel, sintiendo la hostilidad en el ambiente. Al escuchar aquella voz, ambos dejaron de mirarse. — Primero— comenzó él— me gusta la limpieza, por lo tanto, no quiero ver esto— alzo un calcetín que se encontraba debajo del sofá, los rostros de ambas chicas comenzaron a enrojecer— así que, ambos debemos encargarnos de la limpieza. Esto le calló como un balde de agua fría a Rachel, ella no era muy conocida por estar familiarizada con la limpieza, y mucho menos estaba interesada en formar un equipo de limpieza con aquel sujeto. Rachel asintió a regañadientes, mientras que su amiga se disculpaba por el vergonzoso momento. — Las que faltan están aquí— entregó una hoja con una lista de ''sus reglas''. Al ver la lista, Rachel se puso aún más inquieta; antes de conocerlo pensaba que sea con quien sea que iba a compartir el departamento, no sería como este sujeto. Seguía viendo el papel, leyéndolo, algunas veces con asombro y otras con desilusión, pero su vista paró en ''Cualquier invitado mío será bienvenido''. —   ¿Podría explicarme esta regla, por favor? — trató de tomar aire y relajarse. —   ¿Qué es lo que no entiende? Está claro, cada invitado mío será bienvenido, esto implica quedarse a pasar la noche, si es necesario. — aclaró astuto. Rachel se paró, inmediatamente, no pensaba permitir esto. La rubia también se paró, pero para calmarla, optó por pedir disculpas, y llevársela a un lugar alejado donde ''él no podría escuchar''. Que estupidez. — Mi casa no es un burdel— espetó la dueña del departamento— no lo quiero aquí, él y su dinero se pueden ir a la mierda. — Puedes mantener la calma— trato Krystel. — Vamos Krys, has visto como me mira, no le caigo es obvio, y eso es mutuo. — añadió sin pelos en la lengua— Encontraremos a otra persona— ella se giró convencida de despedir al sujeto de su hogar. — Va pagar el triple del precio regular— al escuchar aquello Rachel paro su andar. No se lo podía creer, ¿Quién en su sano juicio gastaría dinero demás por aquel sitio? No es que el departamento estuviera en mal estado; al contrario, era hermoso por dentro y fuera, la ubicación era buena. Pero, aun así, estaba 100% segura que aquel lugar no tenía nada de especial. Es más, podría asegurar que había otros que estaban completamente a la altura del monto que ese hombre ofrecía. —   ¿Qué? Eso es imposible— Rachel trato de no alzar la voz. Casi lo logra, casi si no se tratará de él, quien podía escuchar todo a un radio de 10km.   —   ¡Son más de $ 2 000 todos los meses! Te librarías de la estúpida deuda. — a muchacha solo la miraba, analizando la situación— Vamos Chi sé que puedes hacerlo, solo serán 6 meses. Ella asintió luego de pensarlo un segundo más ¿Tenía de otra?, pues no. Al final, ¿qué tan malo sería compartir un departamento con un sujeto como aquel? Probablemente sería una tortura, pero ya aprendería a sobrellevarlo. Al regresar, se sentó frente a él, en su mismo lugar. Lo miró fijamente y continuó con lo que había dejado. — Supongo que es hora de que yo diga mis reglas— declaró con voz tranquila. — La escuchó— la imitó él. — Seré breve. — comenzó— La primera regla: No utilice las áreas de uso común para cualquiera de sus aventuras, lléveselas a su habitación, y procuré traerlas cuando yo no esté en casa. — Su amiga abrió los ojos como platos, su amiga básicamente estaba tachándolo de mujeriego. Pero, solo Krystel fue quien tuvo reacción a lo que dijo Rachel, los restantes solo se miraban directamente desviar sus miradas de su objetivo— La segunda: Está totalmente prohibido entrar a mi cuarto, a menos que yo le dé permiso cosa que realmente dudo vaya a ocurrir. — le sonrió sin mostrar sus dientes, era de esas sonrisas que te advertían algo, él le devolvió una sonrisa similar— La tercera y más importante: Puede pasearse por todo el departamento, pero nunca— sus ojos se oscurecieron un poco— al tercer cuarto que esta al fondo del pasillo. Respetará estas reglas si aprecia su vida. Dicho esto, desvió su mirada. Al ver que el ambiente nuevamente se estaba volviendo incomodo, Krystel tuvo la intención de hablar, pero él lo hizo primero. — Entonces, quien incumpla las reglas, tendrá que sufrir las consecuencias de su acto. — aclaró Erick— ¿Es un trato? — estrechó su mano. — Es un trato— afirmó ella estrechándole la mano. Después de ver los por menores del contrato, los tres se pusieron de pie. Erick, les había informado que mañana comenzaría con el traslado, por lo que sería mejor regresar a su casa por esa noche. — El dinero ya fue depositado a su cuenta, por favor revíselo. — advirtió dirigiéndose a Krystel. Las chicas le miraron incrédulas, pero no comentaron nada al respecto— Buenas noches— saludo educadamente antes de retirarse. Ellas se despidieron, mejor dicho, Krys se despidió, porque en lo que respecta a Rachel, solo había inclinado la cabeza en forma de despedida. Cuando se percataron de que el hombre se había ido, corrieron hacia el computador y entraron a la cuenta bancaría de Rachel; al ver los ceros en su cuenta ambas gritaron emocionadas; más de $10 000, fue la cantidad depositada en su cuenta. ¡Con esto podría pagar su deuda y aun así le sobraría para pagar los gastos que requería hacer una tesis! estaba muy emocionada, pues Rachel tenía pensado en atrasar la presentación de su tesis, pero ahora no tendría por qué dejarlo para después. Ambas estaban demasiado felices, se abrazaron, saltaron y gritaron como unas niñas de primaria por todo el lugar. Al fin cuando, ya la garganta se les había hecho áspera de tanto gritar, decidieron que era hora de dormir. Rachel tomo un baño, Krystel ya tenía puesta un pijama que su amiga le había prestado por esa noche; así que se adelantó a su amiga y fue a dormir a su habitación. Mientras se ponía su conjunto de pijama, Rachel se puso a pensar un poco sobre todo el asunto, ¿Podría vivir con aquel hombre? ¿Y, si no podía? ¡No, ella debía soportarlo! Ya tenía lo que más necesitaba, ahora solo debía sacrificar su estabilidad emocional durante los próximos seis meses. “De todas maneras ya sacrificaste tu estabilidad emocional antes y no te pagaron ni un centavo”, le recordó su mini yo. Ignoró a sus pensamientos. Algo de ese acuerdo no acababa por convencerla. 
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