Alice- Frente a la puerta de la morocha, respiro profundamente antes de tocar el timbre, siento miedo de no encontrar a mi amiga… — ¿Alice? ¿Cómo estas… -se ve realmente sorprendida- entra por favor –se hace a un lado para dejarme pasar — No he sabido nada de ti todo este tiempo –le reclamo mientras entro a su casa deteniéndome a unos pasos de ella — No he podido… — Entiendo que estés molesta por no aceptar a Marcus, solo necesitaba tiempo para asimilar todo esto –mis ojos se cristalizan y Susan me abraza — ¡Tonta! No te culpo de nada, entiendo perfectamente cómo te sientes –me regala una sonrisa sincera y comprensiva — ¿Entonces porque no has ido ni una sola vez a mi casa? O ¿Por qué rechazaste ser mi dama? –Susan resopla y me lleva hasta el mueble frente a ella — Alice yo

