CAPÍTULO #78 Río dándome una mirada de pena. —Estoy segura de que ni siquiera lo dudó y vino a verme —dijo sonriendo con maldad. —Sé feliz creándote historias en la cabeza, en el fondo sabes que él me ama, y esa esperanza que tienes te la puedo matar —hice un pequeño puchero con los labios. —. Eso podría ser grave para tu salud ¿no? —la miré con pena. Ella no hizo más que reírse. —¿Qué más piensas inventarte? Necesitas ayuda, leí libros y sé trucos —reí. —. Pero cuidado, en una de esas no vaya a ser que se te pase la mano y no la cuentas. —Maldita... —exclamó apretando los dientes. —Me sé esos trucos sucios querida —di un paso más y apoyé mi brazo en el cabecero de la camilla. —. Y no es que lo haya practicado, sólo que es lo que se espera de mujeres como tú —susurré muy cerca

