Me quedo dentro de la camioneta mientras el hombre que me llevará habla por teléfono averiguando acerca de la dirección de mi hermana. —Disculpe, ya tengo la dirección —dice montándose. —Descuide —murmuro sin mirarlo. Apoyo mi brazo a la ventanilla y llevo mi mano a mi cabeza, todo estaba bien hasta que un recuerdo me invade, sacudo la cabeza sacándolo de mi memoria y me concentro en las ganas que tengo de ver a Mariella. No conozco el camino que veo que el chófer está tomando, pero no digo nada, tal vez mis padres se han mudado, porque recuerdo perfectamente el camino a casa aunque no sé muy bien a donde me llevo a vivir Leonardo. En medio camino me pregunta si quiere algo de tomar y niego, no quiero nada, si supiera el gran esfuerzo que estoy haciendo por mantenerme de pie, y no