El doctor la revisó y trató el caso con buen ánimo tratando de que el ambiente se alivianara, todos tenían rostros de consternación, Raquel esperando con fuerzas que Valeria no dijera nada de su amiga como había prometido, pero, bueno, se sabía que cuando uno estaba más débil solía ser más permisivo. Raquel temía por lo que Valeria fuera a decir en cualquier momento, ahora que estaba bajo el resguardo de su esposo y con menos dolor que el de hace un momento gracias a las habilidades del doctor Dumont. La madre de Adrián, por otra parte, mostraba un semblante caído, muy preocupado por su nuera, hubiera preferido que su esposo la acompañara, pero el caso no se había dado. — Ella estará bien. — Indicó, el doctor. — Ya limpié la herida, y su sangre se irá limpiando durante esta noche y