La adrenalina corría por los cuerpos de ambos chicos mientras se bajaban de la motocicleta, era como si un extraño presagio de un momento a otro hubiera querido hacerse presente en sus corazones. El pecho de Kendall subía y bajaba con velocidad, el miedo corriendo por todo su cuerpo era más que evidente, por el otro lado, otro tipo diferente de miedo atravesaba el alma y la piel de Ethan.
Era ese miedo a que ese día se acabara, ese en donde Kendall lo había hecho la persona más feliz del mundo, y por otra parte, tenía temor por haberla llevado hasta ese sitio de donde nada bueno podía salir.
-Aquí no hay nada- Titubeo Kendall tomando fuertemente la mano de su acompañante.
-Eso es lo que ellos quieren que pienses- Ethan soltó un suspiro, y de haber sido otra la situación se habría burl
