-¡Ethan suéltalo! - Le grito Kendall al chico pelinegro que estaba partiendo la cara de Sam en lo que parecían muchos pedazos. La nariz de Sam estaba llena de sangre, su labio inferior tenía un par de cortadas y en la ceja le corría un golpe que dejaba al descubierto un hilo grueso de sangre escarlata. -¡Alguien haga algo! -Volvió a gritar Kendall buscando que alguna de las personas que había alrededor viendo y disfrutando el espectáculo la ayudara a que los dos chicos se separarán antes de que fuera demasiado tarde. Sin embargo, en vista de que nadie parecía que iba a mover un dedo, Kendall tomo de la espalda a Ethan, haciéndo que con su peso cayera a un lado de Sam en el piso. -¿Qué es lo que pasa contigo? -Vocifero Sam mientras lograba incorporarse. -¡Tú sabes lo que me pasa! -E