Sobre las ocho de la tarde, Stefan regresó a casa. Estaba cansado del duro día, pero eso no evitó que se fijara que todos sus hombres estaban agitados por algo y que Mark se encontraba en la puerta de la mansión.
Salió del coche, cuando Fred le abrió la puerta, abrochándose los botones de la chaqueta del traje y arqueó una ceja al ver el rostro de su mano derecha. Algo dentro de su pecho le decía que había pasado algo.
Apretó el entrecejo antes de abrir la puerta y, sin dejar que aquel hombre se explicara, entró dentro de la casa. El llanto de su hija le llamó la atención, ya que era la primera vez que la escuchaba llorar desde que llegó, quitando las madrugadas cuando se despertaba, y se dirigió hacia el salón ya que provenía de allí.
Jennel intentaba calmar a Joanne, mientras que N
