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2369 Palabras

Kaia no le respondió, ni siquiera pudo parpadear ante la intensa mirada que le daba el alemán en esos momentos. Él soltó un suspiro y trató de sonreír, diciéndose que seguramente necesitaba tiempo para asimilar sus palabras. Al cabo de un par de horas, mientras que Kaia amamantaba a su hija, tomándola de una mano, la puerta de la habitación se abrió. Stefan, que hasta ese momento miraba por la ventana, se giró al escuchar que la puerta se había entreabierto. En ese momento, Junior entró con el semblante serio, pero su mirada reflejaba tristeza y sus ojos delataban cómo su hermana estaría al conocer la noticia. Cerró la entrada del cuarto y se acercó a su hermana después. Al ponerse al lado, depositó un beso cariñoso en frente de ésta. Kaia le sonrió sin soltar la mano de su niña, pero

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