— ¿Qué…? – Se había quedado en estado de shock. No esperaba aquello. – No… no… No puede ser verdad… Oscar, dime que no es verdad – le pidió, mientras finas lágrimas recorrían sus mejillas. Stefan salió a tomar el aire, ya que se estaba agobiando en aquel lugar. Federika le había propuesto darle celos a Kaia para ver lo que sentía ella por él, pero él se había negado. No quería hacer esas cosas estando Oscar presente, pero tampoco entendía por qué ella quería hacer tal cosa. Por primera vez en mucho tiempo, la vio sonreír de felicidad. Ni estando con él había sonreído de esa manera. Caminó por el recinto con las manos dentro de los bolsillos del pantalón del traje. Desde que ella se marchó, su casa se había convertido en una estructura silenciosa y fría. A pesar de estar Booby y Pand