Nathaniel O´Donel Mis días últimamente se habían vuelto locos, desde que Maeve me había dicho que seriamos papás, jamás había sentido tanta felicidad y tanto miedo a la misma vez. Además, con la mujer que me volvía loco y había puesto mi mundo patas arriba. Ahora mismo me encontraba en mi nueva oficina, mi padre y yo, habíamos tenido una idea ambiciosa sobre abrir una de nuestras empresas aquí en París. Unos pequeños toques en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos. —¿Quién es? —Soy yo, Jessica. —Pasa. A veces Jessica podría resultar siendo todo un grano en el culo para cualquiera, todo comenzó cuando hace mucho tiempo sin querer me acosté con ella, y no precisamente a dormir, desde ese momento si ella estaba enamorada de mí, se hechizó aún más, pero yo no la puedo ver