Después de atar mis cordones en una escalera seguí corriendo para liberar energía e intentar sacar de mi mente el hecho de que hoy tendría aquella reunión con mis hermanos, mis padres y mi cuñado donde les presentaría a Nathaniel me tenía con los pelos de punta. No era que no les quería presentar a mi nuevo novio… Dios mío, no puedo creer que Nathaniel sea mi novio. Estaba tan nerviosa de lo que fuesen a decir o creer en especial mi padre, que siempre su sátira y sus ganas de hacerme sentir mal y menospreciada no faltaba. Esta mañana había hablado con mis hermanas para saber si todas y todos irían y gracias al cielo si irían todos. Después de llevar una hora corriendo alrededor de un parque decidí mejor darme un baño e ir a algún salón de belleza para que me hicieran rizos. Nathaniel