— ¿Qué te parece esta de aquí? ¿Te gusta?—Lluvia sostenía una camisa a cuadros rojos y azules.
— Esa es linda —respondió su hermana mientras miraba el chaleco de mezclilla n***o que llevaba en las manos—. Hace juego con este.
— Es cierto.
La mañana del martes ambas chicas juntaron parte de sus ahorros para conseguir ropa de segunda mano acorde a la talla de León. Puesto que la ropa del tío Becker apenas y le quedaba bien, ya que toda le quedaba terriblemente ajustada. En un principio Lluvia se había negado a que su hermana gastara dinero en él, pero al final, casi conmovida por la decisión de su hermana, optó por ayudarla poniendo parte de sus propios ahorros. Lluvia acudía algunos fines de semana al pequeño centro comercial de Weston, donde atendía la heladería “Ice-Love”, una tienda a
