—¿Qué estás haciendo? —Bethany se sorprendió en cuando sintió que León le rosaba el rostro con los labios. La sensación que le dio fue de ser tersos y cálidos, lo bastante atractivos como para tentarla a seguirlos y estrecharlos con los suyos. Pero la voz de la razón le golpeo en cuanto se dio cuenta de una sola cosa. ¡Las malditas cámaras! Así que se incorporó de golpe dándole un golpe en la barbilla a León con la cabeza. Este apenas lo sintió y se quedó paralizado mientras sus labios se movían en busca de lo que fuese para besarlos. Bethany, avergonzada por darse cuenta de lo fácil que podría ser que él le robara un beso, se alejó sacudiéndose las manos y acelerando los pasos para alejarse lo más posible. —¿Quién era él? —escuchó la voz de León a sus espaldas, se detuvo un moment
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