Sila Era de esperarse que, después de lo que escuché, el resto de la cena familiar me la iba a pasar mal, sobre todo porque Moríns no paraba de verme desde lejos mientras platicaba con Cho, mi hermano y primos, quiénes, sin tener idea de lo que había pasado, seguían animados. ¿Qué había pasado?, después de lo platicado con Moríns en el hospital, de sentir una gran paz y un poco de esperanza, ahora sentía como si hubiese hecho un retroceso tan grande que ya ni sé si lo que me dijo fue por sinceridad o por culpa, al parecer todo sigue siendo un desastre. No sé si sea el embarazo o la confusión pero, siento de nuevo náuseas, así que me pongo de pie y voy hacia la cocina para buscar las bolsitas de té y comenzar a calentar el agua. Mientras espero como el agua hierve, no puedo dejar de