Sila ⎯No puedo creer que Moríns se haya ido y que de pronto, nadie, absolutamente nadie sepa por qué ⎯ le digo a Sabina mientras le ayudó a ella y a Cho a acomodar su ropa en los cajones. Ambos, por motivos de remodelación y ampliación de su piso, se han ido a vivir momentáneamente a la casa de mi tía María Julia y, aprovechando esto, tanto Cho como ella se están sometiendo a un tratamiento para intentar tener un bebé pronto. Cho voltea a verme y me hace esa mueca que siempre hace cuando no tiene respuesta alguna. La he visto hacerla en muchas otras ocasiones así que sé que me está diciendo la verdad o trata de mantenerse al margen ⎯ No sé que decirte Sila. ⎯¿Seguro?, ¿no me estás ocultando nada? ⎯ insisto. Sabina suspira ⎯ en verdad no sabemos nada, es más, lo mismo que tú… y el