Moríns Soy un idiota, en verdad lo soy y lo sostengo, aunque creo que jamás he dejado de serlo. No sé cómo se me ocurrió la idea de ir al hospital a ver a Sila sin tener un plan firme o al menos uno factible para que no notara que en realidad estoy un poco preocupado por ella y por el embarazo y, pensé, que el lo que me contó Manuel horas atrás iba a ser suficiente; no lo fue. Aunque Sila y yo estemos separados, ella es la madre de mi bebé, y tengo derecho a estar preocupado. Sin embargo, gracias a lo que pasó, aún es difícil acercarme a ella de manera natural, el no sentirme incómodo cuando estoy a su lado o tratar de hacerle conversación sin recordar que antes, mucho antes, hablar con ella era increíblemente fácil. Mis sentimientos son un verdadero caos. Ambos necesitábamos espacio