Hay un espacio estrecho entre el segundo en que mi madre se levanta y el momento en que mi palma abierta golpea la puerta evitando que ella la abra.
Aquel día cuando regresé del jardín de primavera y toqué el lirio dorado, todo mi cuerpo exudo sangre oscura, era el medicamento y mi madre que ha pasado toda su vida adulta casada con un hombre de la familia Daemonium lo sabe, sabe que dejé de tomarlo.
En esta ocasión, quien muestra una expresión de pánico, estoy segura de que soy yo.
– Dame dos semanas, iré a Darlack para ver a Carolina, le enviaré a mi padre el reporte que tanto quiere y desapareceré, te lo prometo, no volverás a verme – estoy suplicando – solo dame unos días.
Tiene las manos entrelazadas y se mueve con nerviosismo – ¿desde cuándo? – su voz tiembla.
– La primavera ante
