○○◘◘••♥♥••◘◘○○ Mi pequeña se va abrazada a mí, consolándome, pero sin hacer preguntas, como si supiera que en este momento todos estamos pensativos. Al llegar a la casa de Franco llevamos a Elena y Elián a su habitación. —Laureen… —me llama Franco, por lo que giro para verlo —. ¿Te encuentras bien? Lamento todo lo que pasó hoy, me siento culpable por todo el llanto y la incomodidad de hoy —dice avergonzado. —No es tu culpa, de hecho… Gracias —le contesto y sonrío suavemente —. Si no nos hubieras invitado a venir, yo no habría encontrado a mis familiares y creo que ahora será más fácil para todos completar los vacíos que ellas han tenido desde hace más de treinta años y yo, durante toda mi vida. —Está bien —dice no muy convencido, por lo que me acerco a él y lo abrazo, volviéndole a