○○◘◘••♥♥••◘◘○○ No sé qué decir, pues jamás imaginé que la señora Leonor fuera a presenciar nuestra visita a la tumba de su hija y mucho menos, que fuera a reaccionar de esta manera conmigo. Me suelta después de tenerme abrazada y se queda mirándome fijo, mientras algunas lágrimas siguen bajando por sus mejillas. —Se-señora Leonor… —tartamudeo, mientras busco un pañuelo desechable en mi bolso y se lo acerco para que limpie sus mejillas. —Ese regalo estuvo hermoso —comenta mirando el pequeño cuadro y yo le sonrío. Ella saca una pequeña llave de entre su bolsillo y camina hacia la lápida en donde hay una pequeña repisa en cristal, la cual abre y retira la foto que hay de su hija, reemplazándola por el cuadro. Vuelve a cerrar la urna, quedando protegido contra la lluvia, el clima y curi