—Este lugar es increíble esposa mía— susurró JuanPa en mi oído mientras me tenía abrazada por la cintura, no respondí, solo observé en silencio la catarata que crecía delante de nosotros. Estábamos frente al Santo Ángel, el salto de agua más grande del mundo y eso era Venezuela, mi país. Después de la emotiva ceremonia a orillas del mar, celebramos nuestra unión en la Villa, la decoración se basó en las iniciales de nuestros nombres y cristalerías en diferentes tonalidades de azules, eso último fue petición del novio y había que complacerlo. El banquete estaba exquisito, tuvimos cantantes en vivo y bailamos hasta el amanecer... El ramo lo atajó mi buena amiga Leslie y el liguero le cayó a Eduar en los pies, sin ni siquiera estar entre el círculo de los solteros, ya que él es alérgico al