Punto de vista de Lilith —————————————————— La iglesia estaba más allá de lo que hubiera imaginado, tan majestuosa y resplandeciente que casi me asustaba. Los techos se alzaban altos, decorados con intrincados vitrales que llenaban el lugar de luces de colores, como si estuviera caminando entre las paredes de algún castillo de ensueño. Cada banco estaba adornado con rosas blancas, perfectamente colocadas, y un delicado aroma a incienso flotaba en el aire. Atlas no había escatimado en gastos, y eso era evidente en cada detalle, desde los candelabros de cristal que colgaban sobre nuestras cabezas hasta el pasillo decorado con pétalos de rosa que, en este momento, parecía eterno. Maite estaba a mi lado, su rostro amable intentando darme un poco de tranquilidad mientras me ajustaba el velo