Capítulo 30 Un río humano se vierte hacia el puente conmemorativo de Arlington, la avenida más cercana de escape fuera de la Ciudad del Califato. Paramos para ayudar a los muertos y heridos. Ellos sonríen y lloran. ¿Quizá se preguntan si Alá los dejará entrar al paraíso si mueren? —¿Saben algo sobre las chicas Amish? —digo a la radio. —No hay noticias sobre los prisioneros, Señor —dice la Sargento Daksh. El teniente Everhart fue a investigar y dijo que, si había alguien dentro, dudaba que salieran con vida. Sus palabras me patean en el estómago. ¿Conseguí traer a mi hermana de vuelta, solamente para perder a mi familia substituta? Miro a La Ciudadela que llena furiosamente el cielo de humo cerca del bombardeado edificio del Capitolio de los Estados Unidos. No puedo pensar en ningún ot