La he visto tomar tantas copas de champagne, que me daba miedo de que ella se volviera sola a su casa después del evento, mucho más que condujera en ese estado. Sé que para ella no soy el indicado para preocuparme por su bienestar, pero bueno las cosas ahora son diferentes. Después de haberle insistido lo suficiente, ella ha acepara a que la llevara a su casa y me ha dado las llaves de su coche. El silencio es demasiado para mi y la situación me incomoda —¿Puedo preguntarte algo? — Me atrevo a preguntarle finalmente y ella me mira con bastantes dudas.
—Ya lo has hecho... Continúa. — Contesta fríamente y de verdad que su indiferencia hiere, pero también sé que me lo tengo merecido.
A pesar de que tengo la mirada en la carretera, sé perfectamente que ella me mira. Me pongo en su lugar y t
