Después de estar con mi madre por unas horas, recojo algunas cosas de mi habitación y me voy al hotel, no quiero volver a separarme de Ainhoa.
Entro a la habitación y escucho la ducha, me quito la ropa y al entrar al baño, veo a Ainhoa muy entretenida lavándose el cabello. Entro a la ducha y la tomo de la cintura, abre los ojos y me sonríe.
—¿Estás bien amor? —pregunta al verme tan serio.
—Ahora que estoy contigo, sí.
La abrazo sintiendo como late su corazón cerca del mío, en esta ocasión no es algo s****l, aunque obviamente Ainhoa hace que todos mis sentidos se pongan en alerta. Necesito sentirla, saber que está a mi lado, que me ama como yo a ella. La ayudo a terminar de bañarse y ella me ayuda a mí.
—¿Me dirás qué pasa? —me vuelve a preguntar mientras se viste—. Te noto extraño.
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